Mahatma Gandhi

Gandhi nació el 2 de octubre de 1869 en la India.

La madre de Gandhi fue una mujer profundamente religiosa que dividió su tiempo entre el cuidado de los suyos y el templo.

Fue un ejemplo de tardía genialidad, Mahatma fue un adolescente silencioso, nada brillante en los estudios y retraído, que pasó por las escuelas sin llamar la atención.

En Londres vivió tres años (1888-1891), allí entró en contacto con las enseñanzas de Jesucristo, y durante un tiempo se sintió muy atraído por la ética cristiana.

Gandhi fue detenido en marzo de 1922. Mahatma se declaró culpable en el juicio y consideró la sentencia a seis años de cárcel como un honor.

Varias veces durante su vida Gandhi recurrió a los ayunos como manera de hacer presión contra el poder, como lucha espectacular y dramática para parar la violencia.

El 9 de agosto de 1942, fue arrestado de nuevo. Ésta fue la última prisión de Gandhi, durante su encarcelamiento se enteró de la muerte de su mujer. Era ya un anciano debilitado y frágil cuando salió en libertad en 1944.

En 1948, cuando se dirigía a la plegaria comunitaria, fue alcanzado por las balas de un joven hindú. Tal como lo había predicho, murió con la palabra Rama ('Dios') en sus labios.

 Einstein dijo,"quizá las generaciones venideras duden alguna vez de que un hombre semejante fuese una realidad de carne y hueso en este mundo".

 


Los falsos sabios


Los caballos que viven libres se alimentan de hierba, les encanta frotarse los cuellos unos a otros, beber el agua de los ríos. Cuando se enfadan, se dan la vuelta y sueltan una coz. he ahí lo que saben hacer. He ahí sus conocimientos.

 

Entonces el hombre les empezó a poner arreos y los caballos aprendieron a romper el cabestrillo, a destrozar las galgas, a quebrar los bozos, a tirar los yugos; aprendieron mal. Pero no fue culpa de los caballos sino de aquel "gran sabio de los caballos" que se llamaba Bole.

 

Algo semejante ocurrió al hombre.


En la más remota Antigüedad, en tiempos del señor Hexu, la gente vivía en sus casas sin saber qué hacer. Hacía cosas pero no sabía bien qué. Se alimentaba contenta, se daba unas palmaditas en la tripa y se iba a dar un paseo: he ahí lo que la gente sabía hacer, he ahí sus conocimientos. Pero llegaron los sabios con sus Ritos y su Etiqueta Social y su Música, con sus escuadras y cartabones, y quisieron dar forma al hombre. Llegaron con su Solidaridad Humana y su Justicia, con sus reglas y plomadas, y quisieron controlar así los corazones. Y el hombre aprendió a amar el conocimiento y a caminar entre mil dudas y a luchar contra los hombres por la riqueza natural de los lugares. Y ya no pudo parar. Pero no fue culpa de los hombres, sino de nuestros "sabios".

 

Del libro Chuang Tse.

 


Cómo Aplicar las Enseñanzas de la Biblia en la Apertura de Negocios